A simple vista, el servomotor está trabajando.

La máquina produce, no hay alarmas y el proceso sigue.

Al mirarlo con más detalle, el mismo punto empieza a llamar la atención:
el cable de potencia no cuenta con el conector rápido que debería llevar.
En su lugar, se resolvió con bornes para salir del paso.
No es raro.
La urgencia de la operación obliga a priorizar que funcione.
El problema no es que haya funcionado.
El problema es cuando esa solución temporal se normaliza y deja de revisarse.
Porque hoy opera,
pero quedó condicionada para mañana.
A veces el mantenimiento no falla por falta de trabajo,
sino por falta de seguimiento.



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