La falla que “solo pasa a veces”: el enemigo silencioso en planta
Nos llamaron porque una línea fallaba… pero solo a veces. Cuando llegamos, por supuesto, estaba “trabajando perfecto”.
Así empiezan casi todas las fallas intermitentes: jugando a esconderse.
Revisamos tablero, sensores y cableado. Todo parecía en orden, hasta que apareció el verdadero culpable: un cable con daño interno por vibración.
Por fuera parecía nuevo. Por dentro estaba partido. Un clásico de planta.
Reemplazamos el cable, ajustamos conexiones y la línea volvió a su comportamiento normal.
Las fallas intermitentes no gritan… susurran. Solo es cuestión de saber dónde escuchar y qué detalles pueden delatar lo que no se ve a simple vista.


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